miércoles, 10 de diciembre de 2008

Ni tanto ni tan poco


Todos somos conscientes de la plaga de la anorexia y la bulimia que corroen los cuerpos de nuestros adolescentes, de como destroza el porvenir de nuestros jóvenes cultivándoles un árido y yermo futuro así como la aceptación de su propia destrucción. Sin embargo no es este nihilismo físico el único enemigo del bienestar carnal, radicalmente opuesta a la anorexia encontramos otra catástrofe corporal: la obesidad. Producto igualmente de la “American way of life”, la autodestrucción del propio cuerpo puede verse encarnado de diversas formas: desde la excesiva obsesión por la pérdida de peso hasta la sumisión a los malos hábitos y a los restaurantes de comida rápida que nos tientan venidos desde ultramar.


La solución se encuentra, como otras tantas veces a medio camino: en un equilibrio sano, en una figura esbelta pero no tísica, fornida pero no obesa. La solución no se encuentra en cremas maravillosas o pastillas milagrosas, tampoco se encuentra en compulsivos vómitos tras atiborrarse de comida o en un “régimen” de frituras y sofá. La solución se encuentra en una dieta sana, equilibrada y variada, la solución se encuentra en una vida activa y amiga del deporte, que acepte una actitud de energética alegría, de entrega y aceptación, que olvide las modas foráneas vacías de sentido y que afirme la intención de una vida sana sin imposición “cultural” donde la voluntad individual sea el único bastión frente a la pasividad de un gobierno que permite la imposición de modas insalubres.


Es precisamente la negación de cualquier pauperismo u opulencia corporal lo que rechazamos. Nuestra idea de belleza y salud reside en el natural equilibrio de una vida asentada sobre los pilares de la dieta tradicional mediterránea y sobre el gusto por la actividad física, no ya el deporte, sino la actividad física, encontrar un momento para pasear, junto a seres queridos o solos, aprovechar estos paseos para entablar conversaciones, reflexionar, conocer nuestros parques y calles. Huir del sedentarismo, detestar su monotonía y aislamiento social, regalarle salud a nuestro cuerpo y revivir nuestro estado anímico.


Desde ISA no solo alentamos a llevar una vida activa, sino que nuestro compromiso nos lleva a organizar actividades a las que todos estamos invitados y cuya finalidad no es otra que concienciar a la población sobre una vida activa y de carácter social.

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