Se había marcado el 15 de Noviembre del 2008 como una fecha crucial en la historia de la economía. tras la grave crisis económica y financiera que atraviesa en estos momentos las economía mundial, se habían escuchado voces para la refundación del capitalismo, como la del presidente francés Nicolás Sarkozy, se hablaba de un Nuevo Orden Mundial financiero... en el que por supuesto no podía faltar España, con un asiento que el presidente Zapatero al final consiguió mendigar a su colega francés.
Tras las grandes expectativas creadas por esta cumbre, evidentemente llegó la gran decepción, no solamente no se ha reformado en un ápice un sistema económico caduco donde impera la Ley de la Selva, sino que el G-20 se ha reafirmado en los mismos errores que precisamente han sido los causantes de la actual crisis. Por otra parte se han negado una vez mas unas medidas proteccionistas necesarias para garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos, mientras el estado no ha dudado ni un instante en salir al rescate de aquellos bancos que con sus arriesgadas estrategias inversionistas y su egoísmo desmesurado han provocado esta crisis, deja una vez mas en la estacada al conjunto de la ciudadanía, provocando una enorme deuda pública que por supuesto vamos a tener que pagar todos en forma de recortes en las prestaciones sociales.
En referencia al control de las dudosas actividades de "los tiburones de la economía" ninguna novedad, se siguen negando unas medidas necesarias para controlar el bankgangsterismo y la especulación arrogante y desmedida que no hace sino crear burbujas económicas ficticias que al final acaban explotando con todas las consecuencias nefastas para los que al fin y al cabo sufrimos su onda expansiva.
Es necesario que los países actúen con la soberanía que el pueblo y solo el pueblo detenta y que se ponga fin al desmesurado poder político que los grandes magnates del dinero ejercen sobre la política económica mundial, no se puede admitir que esta se ponga al servicio de los negocios de un puñado de personas de dudosa honradez que utilizan la sociedad mundial como si fuera su mercado particular obviando toda apreciación de dignidad humana o soberanía colectiva
Tras las grandes expectativas creadas por esta cumbre, evidentemente llegó la gran decepción, no solamente no se ha reformado en un ápice un sistema económico caduco donde impera la Ley de la Selva, sino que el G-20 se ha reafirmado en los mismos errores que precisamente han sido los causantes de la actual crisis. Por otra parte se han negado una vez mas unas medidas proteccionistas necesarias para garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos, mientras el estado no ha dudado ni un instante en salir al rescate de aquellos bancos que con sus arriesgadas estrategias inversionistas y su egoísmo desmesurado han provocado esta crisis, deja una vez mas en la estacada al conjunto de la ciudadanía, provocando una enorme deuda pública que por supuesto vamos a tener que pagar todos en forma de recortes en las prestaciones sociales.
En referencia al control de las dudosas actividades de "los tiburones de la economía" ninguna novedad, se siguen negando unas medidas necesarias para controlar el bankgangsterismo y la especulación arrogante y desmedida que no hace sino crear burbujas económicas ficticias que al final acaban explotando con todas las consecuencias nefastas para los que al fin y al cabo sufrimos su onda expansiva.
Es necesario que los países actúen con la soberanía que el pueblo y solo el pueblo detenta y que se ponga fin al desmesurado poder político que los grandes magnates del dinero ejercen sobre la política económica mundial, no se puede admitir que esta se ponga al servicio de los negocios de un puñado de personas de dudosa honradez que utilizan la sociedad mundial como si fuera su mercado particular obviando toda apreciación de dignidad humana o soberanía colectiva
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