lunes, 11 de agosto de 2014

MI HIJA YA NO QUIERE ESTAR SOLA

Lógico ¿ y quién querría estar solo en semejantes circunstancias y desamparo? La secuela inevitable será la huida de las pequeñas poblaciones y granjas aisladas, dejando estas zonas a los "nuevos españoles".

 Cortesía de las politicas equivocadas del PPsoe en materia de inmigración y seguridad. Pero la gente tiene lo que ha votado, así que menos lloriqueos y más buscar alternativas electorales...

Mi hija ya no quiere estar sola


«Mi hija ya no quiere estar sola»

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Arriba, la puerta dañada de María Dolores, en el Camino de Carcanox, después de que los cacos intentasen forzarla. Abajo, aspecto que presentaba la casa de la última víctima en Alquerías. / Israel Sánchez/AGM
  • El número de robos en Alquerías y Beniel se eleva a 25, a pesar de la presencia de agentes de paisano en la zona


Los 'ladrones de la huerta' suman ya 25 robos, a caballo entre Beniel y Alquerías. Los tres magrebíes a los que busca la Guardia Civil y la Policía Local de Murcia como supuestos autores de esta oleada de robos que comenzó hace cuatro semanas, pese al despliegue de medios, no se achantan, y el pasado domingo perpetraron su último golpe en la travesía de la calle Escuelas de la pedanía alqueriense. Se trata de un bloque de pisos en el que vive el hijo del pedáneo, Francisco Zamora, aunque el afectado fue uno de sus vecinos, al que le robaron 10.700 euros en metálico y 4.500 euros en joyas, equipos de música, ordenadores, móviles...
Como en ocasiones anteriores, controlaron su objetivo. «Nos fuimos a pasar el día a Lo Pagán. Estuvimos en la playa de 10.30 a 18 horas», relata la víctima. Permanecieron tanto tiempo en la casa que «hasta estuvieron convidándose a costa mía; eran tres como mínimo, dejaron una botella de ron añejo en la cocina». Pero antes de tomarse un trago a la salud de la víctima, revolvieron todas las pertenencias del matrimonio y sus dos hijas.
«Lo que más me fastidia es la caja fuerte; está escondida en un armario y utilizaron una pata de cabra para sacarla de la pared. Se llevaron 9.000 euros de la caja y otros 1.700 que tenía guardados en metálico para la hipoteca». La Guardia Civil no ha encontrado huellas en la botella porque utilizaron guantes, y este padre de familia lamenta con amargura que «mi hija ya no quiere estar sola y a la gente del pueblo ya les da miedo hasta irse a tomar un café». Eso es lo que le ocurre a María Dolores, vecina del camino de Carcanox: «Me quería ir de vacaciones a La Torre de la Horadada, pero llevamos un mes que no veas. No estaría tranquila, porque esto ya es descarado, saben que la policía está sobre ellos, pero siguen actuando cada fin de semana».
Esta vecina de Alquerías ha recibido la visita de los amigos de lo ajeno dos veces. En la última ocasión no se llevaron nada, pero le causaron 720 euros en destrozos. «Primero me arrancaron cuatro metros de valla, cuando se metieron intentaron entrar por el garaje y no pudieron terminar de arrancar las rejas de la ventana. Subieron arriba, forzaron la puerta y saltó la alarma, entonces salieron a la carrera a través de los limoneros», relata María Dolores. «Los huertos son su salvación».
Estos tres magrebíes han estado a punto de ser cazados en dos ocasiones por la Benemérita y la Policía Local de Beniel, pero en ambos casos se han valido de la oscuridad y la vegetación de la huerta para dar esquinazo a los agentes. Por ello, la Asociación de Vecinos Impulso Ciudadano de Alquerías (Avica) pide «más seguridad» y que «desbrocen algunos caminos de huerta que les sirven para esconderse, vigilar a las víctimas y huir de las fuerzas del orden».
Da fe de ello Eva María, residente del Camino de Los Salvadores, a la que tras comprobar cómo se marchaba se entretuvieron en «desmontar la puerta automática de mi casa, que tiene por lo menos quince tornillos». Lo hicieron para llevarse su Citroën ZX donde cargaron las joyas, televisores, el ordenador, las cámaras de vídeo y fotos, que le robaron de su casa. También le arrancaron una ventana, que por estos días los operarios se ocupan de arreglar, aunque a esta vecina, como al resto de afectados, el susto que tiene en el cuerpo no se lo 'arregla' nadie.