martes, 22 de julio de 2014

TERROR EN BENIEL: OLEADA DESATADA DE SAQUEOS EN VIVIENDAS DE BENIEL


Pepi Torres aún recuerda con amargura su despertar en la madrugada del domingo. Unos agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil habían entrado en su dormitorio y a gritos rogaban a Pepi y a su marido, Manuel, que mantuviesen la calma. Una banda había asaltado su vivienda. «Nosotros no sabíamos si eso era una película o dónde estábamos», confiesa. «Ahora me siento insegura. Quiero que los pillen cuanto antes para poder dormir tranquilos».
Esta familia, vecina del Camino del Brazal de Álamos de la pedanía benielense de La Basca, es una de las afectadas por la oleada de robos a viviendas que está asolando el municipio. A Pepi, al igual que a sus vecinos, los ladrones se les colaron por una ventana de la parte trasera de la vivienda y, tras revolver todo el salón, lograron hacerse con varias videoconsolas y con las joyas de sus hijos, dos mellizos de 9 años, que acaban de hacer la primera comunión. «A nosotros nos pillaron dentro de la casa pero no nos enteramos de nada», relata Pepi, con el miedo aún en el cuerpo. «Nos han dicho que posiblemente nos echaron algo para dormirnos».


Estos amigos de lo ajeno, que podrían estar detrás de la veintena de asaltos que se han registrado en Beniel en los últimos diez días, no distinguen entre vecinos y políticos. Si no, que se lo pregunten al vecino de Pepi, el exregidor popular de Beniel -entre junio de 2001 y 2007- Pedro Coll, que tampoco se ha librado. «Me fui a cenar el sábado pasado, con mi mujer y unos amigos, y cuando regresamos a las 1.30 horas los ladrones estaban en materia».
Al parecer, cuando Coll y su esposa, Ascensión Miralles, llegaron a su casa del Brazal de Álamos los ladrones «escucharon la puerta del garaje y se dieron a la fuga por los huertos» que existen en la parte trasera de las viviendas. A los cacos, no obstante, les había dado tiempo a entrar en las habitaciones para llevarse tres pulseras, dos relojes y un cordón. Todos estas joyas eran de oro y superan los 6.000 euros. El exalcalde destaca, sobre todo, que «eran cosas con un gran valor sentimental. Regalos que le hice a mi mujer cuando éramos novios». Los ladrones también se llevaron el vestido de novia de su hija, que se casó el pasado 21 de junio y que aún estaba pendiente de una sesión de fotos con el mismo. «Te entra mucha impotencia».


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