sábado, 1 de septiembre de 2012

TERROR EN LOS COBOS

Parece el título de una pelicula de ficción, pero no, es real, es nuestra vecindad.

El paraje huertano de los Cobos, en los confines de los municipios de Murcia, Beniel y Santomera se ha visto sacudido por otro tremendo acto criminal despues de que hace unos meses una anciana fuera apaleada hasta la muerte ( y sus acompañantes gravemente heridas ) por un puñado de euros. La historia se repite, ahora con un hombre de 68 años como víctima y por otro puñado de euros, unos 30 esta vez. ¿ Y quienes son los misteriosos malvados de esta pelicula tan real? Unos a los que no mencionan en el artículo. Preguntese lector, porque tanto misterio con la identidad de estos. Buen enigma para el guión de la pelicula. Pero el avezado espectador reconocerá el truco. La marca de estos monstruos es la multicultura...mas pistas, en la próxima entrega de esta pelicula tan real. Porque podemos asegurar, que desgraciadamente, habra más secuelas. Los productores y directores del PPsoe ya se encargan de ello con su doctrina del mundialismo a toda costa.

Pánico entre los vecinos de Los Cobos por los robos y agresiones

REGIÓN MURCIA


Los vecinos del Rincón de los Cobos vuelven a convivir con el miedo

Un jubilado fue atacado por dos hombres que le golpearon en la cabeza con una piedra, en un lugar cercano al del 'crimen de los huertos'



01.09.12 - 01:12 - JORGE GARCÍA BADÍA jagarciabadia@laverdad.es
MURCIA. «Eran unos salvajes. Tengo un trozo de tierra que cultivo y cuando llegué, ya tenía a dos tíos esperándome. Uno de ellos me preguntó si tenía trabajo para él, le dije que no y sin decirme nada más me golpeó dos veces». Lo hicieron con una piedra que a punto estuvo de quitarle el ojo izquierdo a Francisco Abellán Rayo, vecino de Beniel de 68 años, que fue brutalmente agredido el pasado diez de agosto en el Carril del Rincón de Los Cobos, a menos de diez metros del lugar donde el pasado 27 de febrero apalearon a dos vecinas de El Raal; María del Carmen Calderón Roldán, de 79 años y Fina Meseguer Ruiz, de 64 años, y le robaron la vida a Carmen Gea Marcos, de 69 años y vecina de Orihuela.


La agresión ha obligado a intervenir a Francisco Abellán Rayo en dos ocasiones en el hospital Reina Sofía para salvarle el ojo, y todo, por treinta míseros euros y dos móviles que le robaron tras abrirle una brecha en la cabeza y golpearle en el pómulo. La paliza ha dejado dos tipos de secuelas, de un lado las físicas, que este vecino de Beniel está sufriendo, y por otro, las psicológicas, que afectan también al resto de residentes en casas de campo del Rincón de los Cobos y que por estos días rememoran 'el crimen de los huertos'. «Habían pasado seis meses desde que murió Carmen, pero otra vez estamos con miedo», afirma la cuñada del agredido, Mari Carmen Juárez, que también reside en el Carril de los Cobos.

Y no es para menos, ya que el ataque que sufrió Francisco tiene ciertas similitudes con lo ocurrido en febrero: también le atacaron por la espalda, y según varios testigos estaban acompañados de una tercera persona que les esperaba en la Casa de los Rodríguez. Justo donde el presunto 'asesino de los huertos', Tahar R.F., se refugió antes de propinar una paliza a María del Carmen Calderón Roldán, Fina Meseguer Ruiz, y matar supuestamente a Carmen Gea Marcos.

Así lo corrobora Belén Torrecillas, vecina de los Cobos; «regresaba de hacer la compra y un Seat Ibiza negro salió de la Casa de los Rodríguez, casi se estrellan contra nosotros mientras huían». Según parece, mientras los dos hombres se acercaron a Francisco por la espalda, un tercero, les esperaba en esta casa abandonada con el coche arrancado para emprender la huida. La otra similitud con el 'crimen de los huertos' fueron las quejas por la tardanza del personal sanitario que prestó auxilio al jubilado de 68 años, según denuncia acaloradamente Francisco Jiménez: «Llamé al 112 a las 20 horas y 42 minutos y la ambulancia no llegó hasta las diez de la noche, una hora y media más tarde. Allí no había nadie porque se lo habían llevado ya al Servicio de Urgencias de Beniel».

El malestar de Francisco Jiménez se debe a que él es sobrino de Carmen Calderón, una de las dos supervivientes del 'asesinato de los huertos' y tras lo ocurrido el diez de agosto vuelve a revivir malas sensaciones. «Llegaron de noche cuando no había nadie, es la segunda vez que pasa, con mi tía tardaron una hora». En concreto, según reconoció la Consejería de Sanidad, la ambulancia llegó con 54 minutos de retraso para atender a Carmen, Fina, y a la difunta Carmen Gea Marcos.

Robos a plena luz del día

A los vecinos no se les escapa que el Rincón de los Cobos está en la frontera autonómica, una parte pertenece a la pedanía murciana de El Raal (Región), y la otra a Orihuela (Comunidad Valenciana), pero no entienden el retraso cuando hay en juego vidas. «Sale más rentable llamar a una ambulancia de Albacete», clama Francisco Jiménez.

La peculiaridad de este límite fronterizo también depara una confusión de demarcaciones para la Guardia Civil de Santomera y Beniel, Policía Local de Murcia y fuerzas del orden público de Orihuela. El mejor ejemplo de esta situación lo pone la agresión que sufrió Francisco Abellán Rayo; los primeros en llegar fueron los agentes de la Guardia Civil de Santomera, pero tras constatar que la paliza se produjo a tres metros de distancia de la frontera murciana, las diligencias de la investigación se las pasaron a Orihuela.

El propio Abellán denuncia que «quedan pocas casas y la Policía no pasa por aquí, no se para en los cruces ni visita las parcelas». Fruto de esta falta de control en el 'laberinto' de caminos y carriles de huerta que confluyen en el Rincón de los Cobos, hace una semana, Ángeles Calderón, hermana de una de las dos supervivientes del 'crimen de los huertos' fue atracada por tres hombres. «Salieron de la nada y se pusieron en medio de la carretera, yo iba con la bicicleta y me bajé para darles lo que llevaba». Le quitaron más de 200 euros y a plena luz del día, «¿qué podía a hacer? para que me diesen un zamarrazo y también me matasen, pues les di el dinero. No se dónde vamos a ir, pero no se puede vivir con miedo». No le falta razón.

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