Un fin de curso interesante: despues del batacazo zapateril final en mayo y el cambio de discurso subsiguiente seguimos sin tener las cosas claras. El tribunal constitucional, aunque con muchos aspavientos ha terminado aceptando lo evidente: que el nuevo estatuto de Cataluña era una maniobra nada encubierta para desbordar el marco del régimen del 78 y conducirlo a una nueva etapa de desintegración por etapas de la nación española, y que por tanto era un estauto ilegal en muchas de sus premisas. ¿ Llevarán los separatistas y sus aliados claudicantes de la partitocracia "estatal" ( por utilizar su propia terminología ) la cuestión adonde debieron plantearla originalmente, es decir, al Parlamento, y se atreverán a decir la verdad de lo que pretenden en definitiva, la extinción ( eso si, prevía narcotización para que no duela ) de la nación española?
En cambio, la selección de fútbol sigue viva. Hasta los grupos anti-España se han unido al negocio, aunque previa rojización semántica del equipo hispánico. La pasta es la pasta, a fin de cuentas. Y el efecto circense para distraer a la plebe del caos inducido por Zparo no se puede despreciar a la ligera, aunque tengan que tragar el "trapo" de ver tanta enseña nacional por las calles.
Y de las enseñas de los sindicatos socialistas, mejor no hablar. Sus discursitos de obrerismo interncionalista no se los tragan ni sus contados afiliados, basta con ver la raquítica respuesta en sus últimas convocatorias. En realidad, como agentes activisimos del mundialismo ( por ejemplo, reventando el mercdo laboral mediante la inmigración descontrolada y alentada por organismos afines a estos sindicatos institucionales del Psoe ) son tan responsables de la crísis como los que más.
Y de postre amargo que no falten más impuestos sobre el consumo de bienes y servicios; puro socialismo. Iguales en la miseria y en la subvención.
Pobre España...
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