EL PRESIDENETE DEL ICO, AURELIO MARTÍNEZ
A resultas de la escasez de crédito a consecuencia de las turbulencias económicas y riesgos de impago crecientes de los últimos tres años, han resucitado las peticiones para levantar una red de bancos del estado con actividad comercial.
En realidad, básicamente se trataría de recrear una nueva red de cajas de ahorros, ya que la existente quedó minada por la privatización o bien por el reparto del botín y la institucionalización de la que fueron muchas cajas a manos de los cargos politicos regionales ( recordemos el sonado caso de naufragio y costoso rescate de Caja Castilla La Mancha y la orientación políticamente dirigida de sus inversiones por cierto exdiputado socialista. )
Otras voces han apostado por asignarle al ICO ( Instituto oficial de Crédito )que en los últimos decenios vegetaba como mera agencia financiera ese papel de revitalizador de los alicaidos préstamos, especialmente dirigidos a financiar las pequeñas y medianas empresas. Pero a su vez se plantea la necesidad de dotarse de un personal y una red de atención al cliente que no resultan sencillas de improvisar, y fundamentalmente, el problema de los criterios que se emplearan a la hora de asumir el riesgo de impagos y la morosidad. En definitiva ¿ que reglas de juego usaría esta banca pública? ¿ Se convertiría en un estimulo para las pymes honestas, o en una nueva sangría para la Hacienda que solo serviría para sostener a empresas ineficientes o simplemente en presa de cazadores de subvenciones que nunca se devolverían?
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