miércoles, 12 de noviembre de 2008

Apuntes generales sobre el estado de la enseñanza en España


Por: Juan S. Tortosa.

Los datos del informe Pisa 2008, publicados hace varios meses levantaron cierta polvareda y son inapelables en sus conclusiones: la calidad de nuestro sistema de enseñanza obligatoria es baja, demasiado baja.

Una vez constatado este hecho, que incluso a nivel de observación particular podemos percibir cada uno de nosotros respecto a los conocimientos de la mayoría de nuestros jóvenes, llegamos a la cuestión esencial: ¿ Cuales son las causas de esas carencias formativas, y cuales sus posibles remedios?

En mi modesta opinión, autorizada al menos en parte puesto que pertenezco al colectivo del profesorado, estamos fundamentalmente ante un problema organizativo y de aprovechamiento de los recursos disponibles, y no tanto ante la escasez de estos últimos. Es cierto que nunca esta de más aumentar la partida presupuestaria de educación, para mejorar las dotaciones en material e infraestructuras y especialmente para rebajar las ratios en las clases, actualmente establecido en 25 alumnos por aula, ( cifra que por añadidura se suele sobrepasar ) y que a todas luces es excesiva ante un alumnado que esta expuesto hoy en día a una sobreestimulación impuesta por la saturación del sensacionalismo audiovisual, y que padece el consiguiente déficit en su capacidad de atención durante las sesiones educativas.
Dentro de esa aspiración al mejor aprovechamiento de los recursos y la reforma organizativa debe ser imprescindible contemplar la educación no solo como un derecho, sino retornar al concepto de la educación como un deber exigente.

Al alumno y a su familia se les debe hacer ver con absoluta claridad que al acceder a los estudios gratuitos se le brindan al menor oportunidades que tiene que aprovechar: debe aportar su esfuerzo y no adoptar una postura pasiva o obstruccionista ante el proceso educativo. Hay que habilitar mecanismos de recompensa al esfuerzo, premiando la dedicación personal tanto a nivel familiar como de centros docentes. E igualmente reforzar el sistema disciplinario.
Incluso tendríamos que abrir el debate sobre si es necesario mantener el itinerario obligatorio de la enseñanza hasta los 16 años, tal como contempla el actual ( y fallido ) sistema de la E.S.O. y si no es conveniente rebajarlo hasta los 15 años, aceptando el reconocimiento explicito de los P.I.P. ( programas de iniciación profesional ) que hoy en día existe y no reciben un reconocimiento de lo que son en realidad, una Formación Profesional encubierta dentro de la E.S.O.

No podemos postergar más una reforma urgentísima del sistema disciplinario, eliminando el engañoso principio del "buenismo innato" de niños y adolescentes de cuño rousseniano, y recuperar el principio de la autoexigencia y la responsabilidad personal. El sistema de amonestaciones y expulsiones en caso de conductas inaceptables que hagan imposible el normal desarrollo de las clases y la convivencia, debe ser aplicado sin vacilaciones por las direcciones de los Centros, que en demasiados casos procuran actualmente eludir con una actitud de "paños calientes".

Detalles sobre el informe Pisa:
Una muestra de la insuficiencia de los procedimientos de control actuales:
http://www.laverdad.es/murcia/20081112/region/sindicatos-defienden-personal-aljada-20081112.html



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